Los tres mosqueperros |
"Allá en los 80, durante las
largas veladas de invierno en los garitos de Malasaña se rumoreaba que los tres
mejores costos del mundo eran: El doble cero de Ketama, El negro Afgano y el
"Rojo Libanés"…
El viote. |
De esta
manera empezaría este artículo el Encerrado, pero como lo estoy escribiendo yo,
voy a comenzarlo de otra forma.
“Los hombres que subieron en verano y bajaron
en otoño”
¿ORDESA? No, Picos. |
Pues si, después de tanto verano,
polvo por los caminos e incendios por Madrid, alguien tenía que traerse el otoño
para el pueblito; tarea ardua y dura sólo realizable por auténticos heroes; así
que el finde pasado nos subimos el Encerrado, el Cabras y yo para las tierras
altas del norte para traernos esa estación, y de paso, unos litrillos de sidra
en el cuerpo y dos viotes muy interesantes.
La idea inicial era irse para
Ordesa a gorilear un poco y envejecer de miedo entre las lajas del Tozal, pero
al final, una llamada del presidente nos hizo cambiar de escenario, así que el
viernes nos subimos al Air Force One presidencial y nos fuimos de la Comarca
sin tener muy claras las paredes donde los dos días siguientes yo iba a perder
mi ya escasa dignidad escalatoria.
La segunda reunión, al fondo la famosa chimenea... |
Finalmente decidimos dar un meneo a los
Horcados Rojos el sábado y a la Peña de la Cigala el domingo. Y es que todavía
no hay nieve en las cumbres, por lo que había que aprovecharse del buen hacer
del Encerrado, antes de que se calzase los esquíes, nos mandase a tomar por c…
y desapareciese con sus tablas.
El encerrado de primero en la travesía del largo clave. |
Pero había que cenar antes de
subir a dormir a Fuente De, así que tras una breve inspección a la peña de la
cigala, paramos en Potes, donde confraternizamos y compartimos sidra y
pimientos picajosos con unos locales muy “alegres”, que nos prometieron una
cesta de melocotones de viña para el día siguiente. Después cenamos y nos
subimos a dormir al cable donde pasamos una plácida noche sólo interrumpida por
los gruñidos de los jabalíes o los ronquidos de Raul, quien sabe.
Por la mañana lo de siempre:
hacer macutos, que qué me subo, que si dejamos esto, que hay que estar en la cola
del teleférico antes de que lleguen los cien autobuses y 600 turistas… El caso
es que a las 9:20 ya estábamos por arriba andado hacia los Horcados coloraos y
recordando nuestras ultimas batallitas en la anterior salida otoñal del GEC a
ese sitio.
El poder del AO se encargó del 6b siempre fiel a su estilo... |
La vía Rojo Libanés fue abierta a
mediados de los ochenta. Al igual que la Mayaya tiene el equipamiento justito:
esto es, algún espit guarro del 8 en las reuniones inreforzables y tres o
cuatro clavos en toda la vía; vamos, que te busques la vida, no te caigas y
mejor no te cuelgues demasiado de la reunión. Una pena porque la ruta es muy
buena y según mi opinión se merece un reequipamiento completo que incluya
paraboles en las reuniones y los pasos clave; de este modo mas gente podría
disfrutar de ella sin jugarse en pellejo en los pasos clave, que hoy por hoy
son un poco expuestos. En fin, que de momento es una ruta para recomendar a los
enemigos.
El primer largo corrió a cargo
del Encerrado, que fue el héroe del día. Empezó por un diedro desplomado de 6a completamente
desequipado. Enseguida nos dimos cuenta de que habíamos decartado Ordesa por
evitar los desplomes y las reuniones guarras y nos habíamos metido de cabeza en
la boca del lobo, pero ya metidos en faena, había que seguir para arriba.
Mientras yo trataba de olvidar mi vuelo en el Manolín del finde anterior y lo
bien que estaría en el sillón de casa, Encerrado se dio el primer largo y ya
puestos, el segundo. A mi me tocó el tercero, una fisura de 5º según el
cuAdrados que según mi opinión debía ser un 6a.
Los ultimos largos con un patio.... |
El tomate estaba en el 3º largo,
que tenía una travesía descendente de placa expuesta seguida de un diedro un
poco desplomado y vuelta para la derecha con un pasito de 6a protegido por un
clavo. Problema resuelto una vez más por Encerrado mientras los de la reunión
de abajo, y los del camino de mucho más abajo le mirábamos con una mezcla de
admiración y envidia. El espectáculo que nos dio incluyo un vuelillo hasta el
clavo, pero al segundo intento triunfó.
A estas alturas (Y nunca mejor
dicho) hice un analisis de la situación: puse en un plato la movida de rapelar
desde ahí, lo que se lo había currado el Encerrado en el ultimo largo y mi
escaso orgullo, y en otro plato mi lista de excusas para darnos la vuelta, pero
no encontré ninguna lo suficientemente buena, así que tras mi resoplido numero
200 tiré para arriba. Por suerte era el largo mas difícil, un par de techos de AE
que supongo el cuAdrados graduaría de IV+. El caso es que la cosa se aceró
mejor de lo previsto tras el segundo techo se apareció el paraíso ante mi: una
zona tumbada que prometía reuniones en repisas cómodas y tumbarral.
La chimena presidencial. Y el patio sigue y sigue. |
Animado por el nuevo panorama me
di el siguiente mientras empezaba a oler a sidra y patatas con Cabrales. Pero
la vía todavía nos reservaba una sorpresa: los pasos finales por una chimenea
inclinada con un gran ambiente (Menos mal que esto le tocó a otro).
Tras la bajada, volvimos para
Potes donde volvimos a coincidir con nuestros amigos del bar no nos
reconocieron (no hubo melocotones), pero aún así lo celebramos con una buena
sidrita.
Saliendo. |
Pasamos la noche en Lebeña, todo
un clásico de las salidas otoñales del GEC, donde el vendaval nos llenó los
sacos y el pelo de hojas y polvo. Al día siguiente nos fuimos para la cigala,
paredón descubierto por el Presi donde se está equipando mucho y bueno. Habrá
que volver para allá.
Pero nuestra suerte con la meteo
se había acabado. Entramos en la via con intervalos de sol. En el primer largo
empezó el vendaval, así que decidimos seguir subiendo y replantearnoslo en la reunión
de más arriba, allí a Carlos le cayó una piedra en el casco por el viento, así
que decidimos replantearnoslo en la reunión de más arriba, y en la reunión de
mas arriba empezó a llover a saco, así que nos dejamos de hacer el moñas y
tiramos para abajo en medio de la lluvia y un vendaval que se llevaba hasta al
presi.
Foto finish. |
Lo mas gracioso fue que al llegar
a pie de vía se nos habían volado zapatillas, calcetines, la rodillera de
Encerrado… Menos mal que aparecieron.
Pero en cualquier caso, la cigala
esta resultó ser un sitio increibe, con mucho potencial, bien situado para un
domingo de regreso y con una roca de cinco estrellas. Volveremos.
Raul replateandoselo. |
Al día siguiente. |
Juanillo también replanteandoselo. |
Al final, la lluvia hizo triunfar el sentido común. Así que para abajo. |
Bajando en medio del vendaval. |