lunes, 13 de julio de 2009

Dolomitas in the rain

Pero que verde que era mi valle, y es que con todo lo que llueve ya puede estar verde. Lo primero que hicimos al llegar a las Torres de Lavaredo fue mirar la meteo, y daban malo. Así que por hacer algo, subimos a la Cima Grande por la Normal, unas trepadillas de III y III+, sobre roca mojada.



En la foto mis compañeros de viaje, la Ley y el Danielo. El único día en que pudimos escalar (o trepar de manga corta).

Al día siguiente daban todavía peor tiempo, así que aprovechamos para subir al Sass de Stria, un pico completamente horadado por las minas de la Grande Guerra (pronunciese Güerra).



Como se ve, el tiempo mejorar lo que se dice mejorar no mejoraba.

Así que decidimos ir a las Cinque Torri y escalar entre chubasco y chubasco, haciendo vías fáciles con chubasquero ya que menos es nada.

Allí nos encontramos con unos españoles que nos dijeron que llevaban 15 días viendo llover y se habían dedicado a las ferratas.

Pero nosotros estábamos felices porque antes de caer la del pulpo nos dio tiempo a hacer una vía de tres largos. Por fin escalábamos después de tres días de ver llover.
Pero el día siguiente daban buen tiempo y nos subimos a Lavaredo, a hacer una vía en la Cima Picola llamada el Spigolo Giallo. El espolón amarillo, una vía de Comici de grado máximo de 6a, pero con roca bastante mala, y reuniones colgadas de clavos.




Bonito ¿no?. Hacía un frío de recojones y entre el frío, la roca ottima (que es como la roca de Ordesa), los desplomes, las reuniones colgadas de clavos, y tal, y tal pasamos el día entretenido. Aunque lo mejor fue la bajada, había mucha nieve en la canal, con unos neverillos colgados y llevábamos zapatillas y sacafisureros como material de nieve, así que tuvimos que currarnos un par de rapeles de los de puentes de nieve dura y esas cosas.
La verdad es que la vía es buenísima y el Comici tenía los huevos cuadrados. Nos hubiera gustado repetir vía en Lavaredo pero volvía el mal tiempo, con chubascos todas las tardes, así que nos fuimos al Paso Falzarego, donde hay vías que se pueden rapelar (con clavos sikados). Allí hicimos la Punta Alpini pensando que era el Spígolo Alpini, y por supuesto nos granizó, nos llovío y nos calamos hasta las orejas, y la vía Ada un bonito itinerario al Col del Bós de 400 metros, especial para topos porque te marca el camino con pintura verde.


También intentamos escalar en las torres de Falzarego, pero ese días los militares italianos estaban de maniobras y no nos dejaron. Y conseguimos no reírnos pese a que el militar que habló con nosotros tenía un sombrero tirolés y una pluma, (de las no metafóricas). Así que volvimos a las Cinque Torri de nuestros amores...ninoninoniiiiii. A subir a todas las torres que nos quedaban.

Y el domingo de vuelta a la estepa toledana. Yo ya he decidido que me jubilo en Cortina de Ampezzo, que esto es un infierno.

2 comentarios:

  1. ¡Qué grandes esos bolos y bolos asimilados!

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  2. Y yo que creí que solamente los octavogradistas podían escalar cuando llueve...

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