El viernes 4 de Septiembre salimos a las tres de los
dominios cabrereños, la expedición formada por el presidente (Don Pedro Pedal),
el secretario (El Canijo), Josema, Pablo y Alfonso, parando en los abrevaderos
de Baltanás y Arenas de Cabrales. Ante la perspectiva de que pudiera estar
jarreando en Pandébano, nos pertrechamos bien con chubasqueros y capas, aunque
cuando llegamos al punto de partida (el aparcamiento) lo que había era orbayu y
un tío raro con el arnés y las cintas puestas dispuesto a hacer todo el camino
de subida con el traje de luces. Tiene que haber gente para todo!
A las diez de la noche estábamos en el refugio, y desde ese
momento y hasta que retornamos el domingo, no habríamos de recibir de los
regentes más que antipatía, censura y reglamento. O sea, como siempre. Hace ya
años que dejó de ser un refugio. Todos lo sabemos.
Al día siguiente tuvimos mala suerte y se presentó
despejado, por lo que había que escalar la vía proyectada. A medida que íbamos
subiendo la Celada, las neblinas quedaban atrás, y por contra se erguía colosal
el mar calizo de la Este, por donde surcaríamos nuestra travesía sin barcos ni remos.
La Amistad con el Diablo resultó ser una maravillosa mezcla
de placer y pena, de bravura y acojono, sobre todo cuando la cuerda caía a
plomo hasta el compañero sin un triste seguro por muchos metros. Era como estar
dentro de un puchero hirviendo cuando empiezas a sentir las cosquillitas en los
pies. En la primera reunión, Josema excusó su presencia, abandonando en rápel
como alma que lleva el diablo…era el olor a azufre.
Yo subí con el Pablete, que se curró sus tres primeros
largos, y Don Pedro se ataría al señor Alfonso.
Por entre un canalizo me pareció ver a un ser rojo de
cuernecillos, tridente y rabito, riendo maliciosamente.
El croquis de la vía no lo pongo, porque ya sabéis que en google hay miles. Lo que sí os puedo decir es que hay que llevar brújula, astrolabio, y GPS.
Conectada la Cepeda, llegaríamos hasta el paso del rompetobillos; ahí se coge aire, se grita “Banzai” y… a resbalar!
Lo del agujero de salida no tiene nombre, es como un parto,
todos los días la Este escupe por ahí decenas de escaladores. Algún día algún
avispado pondrá ahí un peaje. Mejor no
entrar de cabeza!
Formado el grupo en el anfiteatro, lo remontamos, y llegamos
por la airosa cresta hasta la cumbre de este Naranjito querido que ya me viera
por primera vez hace 35 años…aunque esta vez sin bota dura y con arnés.
A eso de las ocho y media de la tarde del domingo, el Pico de la Miel se erguía sobre nuestras cabezas otra vez.
Volveremos, más que nada para que Juan Carlos no nos guarde
rencor.
Aunque plagio un poco a mi amiguete Pablo Velasco, que en su
blog hizo lo mismo, es obligado recordar la estrofa de la canción de los
Rolling…
Encantado de conocerte,
espero que adivines mi nombre,
pero lo que no logras entender,
es la naturaleza de mi juego, oh sí, arrodillate baby.
espero que adivines mi nombre,
pero lo que no logras entender,
es la naturaleza de mi juego, oh sí, arrodillate baby.
Como cada policía es un criminal
y todos los pecadores son santos,
como la cara, es la cruz,
llámame simplemente Lucifer.
porque necesito un poco de compostura,
así que si me encuentras, ten un poco de cortesía,
ten un poco de conmiseración y un poco de gusto.
usa toda tu bien aprendida educación,
o convertiré tu alma en basura, uh sí.
y todos los pecadores son santos,
como la cara, es la cruz,
llámame simplemente Lucifer.
porque necesito un poco de compostura,
así que si me encuentras, ten un poco de cortesía,
ten un poco de conmiseración y un poco de gusto.
usa toda tu bien aprendida educación,
o convertiré tu alma en basura, uh sí.
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