Semana Santa ortodoxa + descubrimiento Vellonero

La Dragona, el Tripi, la Tenaza y la firmante iniciaron en Semana Santa católica un viaje cultureta a tierras Helénicas, que terminó justo con la Semana Santa ortodoxa, cánticos incluidos.

El GEC puede estar orgulloso de sus miembros, que actúan como buenos turistas cuando la ocasión lo requiere...

Aunque el afán escalatorio les lleve a flashear el Partenón

O les entren ganas de meterse mano...

Atención al Tripi

Atención a la Dragona

Resultados parte cultural:
Ganadora indiscutible, la Dragona: leyó 2 libros completos, 2 revistas del avión (en checo), todos los carteles (en griego) y las instrucciones de la lata de leche del Carrefur (en francés)

Seguida muy de cerca por el Tripi: leyó 1.5 libros, el “hostelbooking.com” completo, mapa de Atenas, horarios de autobuses, de feries, de metro, y precios de toda la comida que llegó a nuestra cocina (gracias por todos los desayunos).

La Tenaza no se quedó atrás: leyó 1.5 libros, los 50 millones de botones de su cámara de fotos y los croquis (varias veces).

Rolabella: la más matá hasta para eso, invirtió casi todo el viaje en leer el último tercio de un libro que apenas entendió, y que la Jel se leyó entero en 2 tardes

Con la sabiduría ateniense ya corriendo por nuestras venas, cogimos un ferry para acompañar a la Tenaza a un viaje de turismo sexual, y es que por muchas fotos que se haga rodeado de mujeres...

Al final, lo que le mola es agarrar otras cosas…

Como guinda del viaje, terminamos en el entrañable Vellón, que como se ve en las fotos siguientes está inundado en este momento

¡Por fin hemos descubierto esas vías magníficas de continuidad que hay al fondo! (gracias Padrino, si no fuera por tu insistencia no nos lo hubiéramos creído). Verdaderamente son vías largas, con canto, y con unos reposos agradecidísimos

Tripi-Rolabella: Indiscutiblemente la CORDADA VENCEDORA, con un gran número de encadenamientos en su grado máximo

La Dragona–La Tenaza: Aunque parezcan más aptos para la escalada, tuvieron que bajar al sub-mundo de la chusma sextogradista (usease, con la CORDADA VENCEDORA) para poder escalar algo. Aun así parece ser que algún séptimo cayó en la buchaca.



Y ya.